Llega el otoño; la estación de la melancolía, el retorno a las rutinas, la caída de la hoja y del cabello,
los pagos de los colegios, el IBI, la revisión de la caldera de gas... ¡Me cago en el otoño!
Al lío, que hoy os vamos a hablar de esos libros que quieres leer, o deshacerte de ellos, y la Ley de Murphy lo impide.
El libro radiofónico.
Es ese libro que recomiendan en la radio y te lo ponen por las nubes. Ese libro que te incitan a leer y que cada vez que dicen su título a alguien que se le ocurre hablar y claro, no oyes nada. Normalmente es un compi de curro que nunca te habla pero ha decidido hacerlo justamente cuando la locutora de radio está entrevistando al autor de turno y esperas a que diga el título de su novela. O el compi que siempre ve cosas sospechosas e intrigantes y decide contártelas en ese justo momento. Total, que te viene a decir que se ha acabado de forma extraña el papel del wc de los hombres. ¡Manolo, vete a cagar con papel o sin papel!
El libro secuestrado.
Es culpa de la kale borroca del libro, sí, esos que te piden prestado un libro y no lo devuelven ni con indirectas ni con trabuco en mano al estilo Curro Jiménez. Te ponen carita de cordero degollado y cuando por fin te lo devuelven, resulta que no lo han leído tras haberlo "secuestrado" lo que duró La Guerra de los Cien Años.
los pagos de los colegios, el IBI, la revisión de la caldera de gas... ¡Me cago en el otoño!
Al lío, que hoy os vamos a hablar de esos libros que quieres leer, o deshacerte de ellos, y la Ley de Murphy lo impide.
El libro radiofónico.
Es ese libro que recomiendan en la radio y te lo ponen por las nubes. Ese libro que te incitan a leer y que cada vez que dicen su título a alguien que se le ocurre hablar y claro, no oyes nada. Normalmente es un compi de curro que nunca te habla pero ha decidido hacerlo justamente cuando la locutora de radio está entrevistando al autor de turno y esperas a que diga el título de su novela. O el compi que siempre ve cosas sospechosas e intrigantes y decide contártelas en ese justo momento. Total, que te viene a decir que se ha acabado de forma extraña el papel del wc de los hombres. ¡Manolo, vete a cagar con papel o sin papel!
El libro secuestrado.
Es culpa de la kale borroca del libro, sí, esos que te piden prestado un libro y no lo devuelven ni con indirectas ni con trabuco en mano al estilo Curro Jiménez. Te ponen carita de cordero degollado y cuando por fin te lo devuelven, resulta que no lo han leído tras haberlo "secuestrado" lo que duró La Guerra de los Cien Años.
El libro búmeran.
Es ese libro del que quieres deshacerte porque no tienes espacio y no aporta nada a tu biblioteca personal. Ese libro que intentas endosar a alguien sin éxito. Sí, ese que dejas e insisten en devolvértelo y tú estás deseando que no te lo devuelvan. Ese que acabas abandonando en un triste banco y no tienes la suerte de que se lo lleven en días y cada vez que pasas por allí lo ves como un déjà vu. Es un rulo temporal desquiciante.
El libro acosador.
Uf, este libro te persigue. Allá donde vayas ahí lo verás: en las librería en primera fila, en la peluquería escondido entre revistas de tías felices con cuerpos divinos que dicen comer de todo y en realidad no comen, en grandes superficies, en algún banco abandonado por alguien que ya no podía más... Y lo peor, huyes de ellos y te llaman del Círculo de Lectores y te lo quieren regalar con cualquier colección u otro libro. Nos ha pasado con Donde fuimos invencibles de María Oruña y con El secreto de la cuidad blanca de Saénz De Urturi. ¡Dejad de colarlos que no respondo!
El libro trampa.
El regalo perfecto de mi tía Rose: el mismo libro con distinto formato año tras año. Yo creo que ya es un vicio de la mujer. Además, le dije ochocientas mil veces que NO ME GUSTÓ. Pues nada, cada año me lo endosa.
Recreación de mi cumpleaños. Año 2018. Lleida.
-¡Feliz cumpleaños, pelirroja!
-Tía, ya tengo este libro.
-¡Este no lo tienes!
-¡Qué sí, coño!
-No, este tiene una portada roja.
-Vale.
Me voy cagándome en el señor "desmemoria" y la señora "despiste".
Recreación de mi cumpleaños, año 2019. Lleida.
-¡Feliz cumpleaños, pelirroja!
-Tía, ya tengo este libro.
-¡Este no lo tienes!
-¡Que sí, cojones ya!
-No, es más pequeño.
-Vale.
¿Por qué mi tía Rose no me regala bragas como todas las tías del mundo? Ya le he advertido que el año que viene me regale dinero para comprarme lo que quiera.
Recreación del momento. Hora: 13 Am, Fg, Hi, Jk... zulú, caloret.
-Tía, el año que viene me regalas dinerito.
-Cómo quieras. ¿Puedes dejarme cincuenta euros?
-Claro. ¿En un billete los quieres o en varios?
-En uno. Lo guardaré para regalártelo el año que viene por tu cumpleaños.
¡Tócate los ovarios! La desmemoriada soy yo, porque a mi tía la mantengo yo...
Jajjajajajaj, qué cachonda tu tía Rose. ¿No te has cuenta de que lo que te regala en tu cumpleaños es vidilla?
ResponderEliminarBesos.