Hoy os voy a hablar de... LAS PORTADAS DE LAS NOVELAS. Nos vamos de compras a la librería así que echad pasta al monedero de Kuchi y coged una bolsa del Carreful que arrasamos. Dale al acelerador, Manolo.
¡Tú te vienes palante! ¡Tira o te quedas cuidando de las mellizas y te cuentan otra vez lo del fantasma que vive debajo de sus camas!
Hay varios tipos de portadas. Comenzamos con la portada:
Wonderful, categoría inventada por el tío que cantaba eso de Wonderful life, experto en cantar canciones a ritmo de horchata, tensión baja e hipoglucemia.
En esta categoría entra: Hadas con tacones afilados de Rubén Sánchez Hernández, Alba Cromm de Vicente Luis Mora, Comer y amar, todo es empezar de Mayte Esteban y El núcleo del sol de Johanna Sinisalo.
Son esas novelas que las comprarías solo por la portada, se te van los ojos tras ellas. Estas cuatro, además de tener portadas chulísimas y atractivas, son novelas muy recomendables. Pero también hay novelas con portadas chulas pero por dentro... Pero esa es la categoría Barbie de extrarradio.
Categoría:
Barbie de extrarradio. Son esas portadas molonas que esconden historias no tan molonas. Esas que entras en la librería y dices: "pa mí". Y luego cuando acabas de leerlas: "un mojón de mico pa mí". Son Barbies por fuera y de extrarradio por dentro, como dice el experto en relaciones tortuosas y en la ruleta rusa del amour Melendi.
Como ejemplos: Mala, loca y peligrosa de Chloé Esposito, La rama que no existe de Gustavo Martín y Una jaula de oro de Camille Läckberg.
Vamos a la categoría:
Luz de gas, creada por Alaska, la reina de la confusión y el disfraz. Entran esas portadas que son un enigma a descubrir por el lector, esas que por mucho que las mires no encuentras la razón de ser. Las miras y te preguntas si estás viendo un culo, una teta, un faro o luz de gas. Tú elijes, total, vas a quedar mal. Ejemplo: Siete cuentos morales de Coetzee y El color de las mareas de Mikel Alvira.
Un respiro. ¡Un café, Manolo!
Wonderful, categoría inventada por el tío que cantaba eso de Wonderful life, experto en cantar canciones a ritmo de horchata, tensión baja e hipoglucemia.
Son esas novelas que las comprarías solo por la portada, se te van los ojos tras ellas. Estas cuatro, además de tener portadas chulísimas y atractivas, son novelas muy recomendables. Pero también hay novelas con portadas chulas pero por dentro... Pero esa es la categoría Barbie de extrarradio.
Categoría:
Barbie de extrarradio. Son esas portadas molonas que esconden historias no tan molonas. Esas que entras en la librería y dices: "pa mí". Y luego cuando acabas de leerlas: "un mojón de mico pa mí". Son Barbies por fuera y de extrarradio por dentro, como dice el experto en relaciones tortuosas y en la ruleta rusa del amour Melendi.
Como ejemplos: Mala, loca y peligrosa de Chloé Esposito, La rama que no existe de Gustavo Martín y Una jaula de oro de Camille Läckberg.
Vamos a la categoría:
Luz de gas, creada por Alaska, la reina de la confusión y el disfraz. Entran esas portadas que son un enigma a descubrir por el lector, esas que por mucho que las mires no encuentras la razón de ser. Las miras y te preguntas si estás viendo un culo, una teta, un faro o luz de gas. Tú elijes, total, vas a quedar mal. Ejemplo: Siete cuentos morales de Coetzee y El color de las mareas de Mikel Alvira.
Un respiro. ¡Un café, Manolo!
¡Que me lo traigas a mí, no que te lo bebas tú!
Seguimos con la siguiente categoría creada por:
Hoy no me puedo levantar, y es que al diseñador de estas portadas el fin de semana le dejó fatal. Toda la noche sin dormir, bebiendo, fumando y sin parar de reír. Y claro, te salen unas portadas sosas. Tan sosas, que si las ves en la librería pasas de largo porque imaginas El rollo del Mar Muerto en versión extendida. Y es una pena, porque muchas atesoran grandes historias como Del sol llegaron sombras de Sara Mañero, Y punto de Mercedes Castro o Cuando sale la reclusa de Fred Vargas.
Otro día os hablo, porque Manolo continúa con el café, de las etiquetas de género. Y para amenizar, Sofía os cuenta otra vez, por si alguien no lo sabía, la historia del fantasma que vive debajo de su cama (la pelusa de gato que por más que la quites acaba apareciendo)
Y Diana os regala su número cirquense, y no reíros de mis hijas que se me hincha la vena del cuello. Yo sí me puedo reír.
Seguimos con la siguiente categoría creada por:
Hoy no me puedo levantar, y es que al diseñador de estas portadas el fin de semana le dejó fatal. Toda la noche sin dormir, bebiendo, fumando y sin parar de reír. Y claro, te salen unas portadas sosas. Tan sosas, que si las ves en la librería pasas de largo porque imaginas El rollo del Mar Muerto en versión extendida. Y es una pena, porque muchas atesoran grandes historias como Del sol llegaron sombras de Sara Mañero, Y punto de Mercedes Castro o Cuando sale la reclusa de Fred Vargas.
Otro día os hablo, porque Manolo continúa con el café, de las etiquetas de género. Y para amenizar, Sofía os cuenta otra vez, por si alguien no lo sabía, la historia del fantasma que vive debajo de su cama (la pelusa de gato que por más que la quites acaba apareciendo)
Y Diana os regala su número cirquense, y no reíros de mis hijas que se me hincha la vena del cuello. Yo sí me puedo reír.
Y las portadas copia pega también son brutales. Misma portada o parecida, diferente libro. Besos
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