LA DOCUMENTACIÓN EXCESIVA
Riesgos de la documentación excesiva en una obra de ficción.
Uno de los peligros que conlleva la documentación es no saber distinguir entre los detalles que la historia necesita y los que no. La investigación habrá servido al escritor para aprender y para caminar seguro por esa época remota o ese tema que se desarrolla en la narración, pero OJO: no toda la información que se ha recopilado deberá llegar necesariamente al lector. Como dijo Jaume Cabré, autor de novelas con elementos de ficción histórica como Las voces del Panamo, "el escritor debe servirse de la documentación sin que se note en su obra". Por ello es importante evitar escribir más de lo necesario. A menudo, los escritores de ficción corren el peligro de ser demasiados entusiastas con los detalles. Si se introducen demasiados datos históricos, siglas, procedimientos... el relato se tornará estático, un manual, un ensayo o algo que aburrirá al lector, ralentiza la acción y el ritmo narrativo. El escritor debe ser frío, saber qué detalles incluir y cuáles eliminar. Distinguir entre curiosidades, sin peso narrativo, y elementos que sí ayudaran a que la narración avance.
No se incluye toda la investigación y documentación en el relato, y al autor no le debe temblar la mano para acortar y desechar lo superfluo.
Riesgos de la documentación excesiva en una obra de ficción.
Uno de los peligros que conlleva la documentación es no saber distinguir entre los detalles que la historia necesita y los que no. La investigación habrá servido al escritor para aprender y para caminar seguro por esa época remota o ese tema que se desarrolla en la narración, pero OJO: no toda la información que se ha recopilado deberá llegar necesariamente al lector. Como dijo Jaume Cabré, autor de novelas con elementos de ficción histórica como Las voces del Panamo, "el escritor debe servirse de la documentación sin que se note en su obra". Por ello es importante evitar escribir más de lo necesario. A menudo, los escritores de ficción corren el peligro de ser demasiados entusiastas con los detalles. Si se introducen demasiados datos históricos, siglas, procedimientos... el relato se tornará estático, un manual, un ensayo o algo que aburrirá al lector, ralentiza la acción y el ritmo narrativo. El escritor debe ser frío, saber qué detalles incluir y cuáles eliminar. Distinguir entre curiosidades, sin peso narrativo, y elementos que sí ayudaran a que la narración avance.
No se incluye toda la investigación y documentación en el relato, y al autor no le debe temblar la mano para acortar y desechar lo superfluo.
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