Estaba yo tan a gustito leyendo una novela cuando un Señor escritor famoso y con un ego descomunal, me envía un mensaje privado, a Rosalía también, exigiendo que no hiciésemos una mala crítica de su novela en el caso de que no nos llegase a gustar.
Yo ya no leía tan a gustito, se me puso el cuerpo como una jota, con una mala leche que las pecas de mi cuerpo desaparecieron. No es la primera vez que sucede esto; no. Tuve la osadía, Dios que inicua soy y mala puta, de comentar una novela que no me gustó, y salió una víbora con nombre y apellidos, la madre de la criatura, a decirme de todo menos pelirroja bonita. Intenté explicarle el por qué de mi crítica negativa, educada y con fundamento, pero odiaba todo lo que fuera en contra de su credo. Pues nada, te queda el cuerpo mal, porque a mí no me van las trifulcas. Ahí quedó todo, bueno, a mi compañera de blog le sentó como una patada en el hígado y no creo que logre frenar su sed de venganza.
Yo intenté mostrarle a Rosalía que no valía la pena disgustarse por eso, ni por el anormal que se dedica a enviarme mensaje privados groseros o al que le da al "me gusta" y le planta un corazoncito a un escritor famoso cuando tiene una salida de tono: entre ellos se apoyan, entre ellos se promocionan, entre ellos... y que le den al lector.
Así que, cansadas de tanto escritor/a ególatra hemos decidido colgar en nuestro blog aquellas reseñas que se quedaron perdidas por ser negativas, para no perjudicar al escritor de turno. ¡Se acabó! A partir de hoy también se van a colgar en M&R aquellas novelas que no nos han gustado, explicando porqué y diciendo las cosas tal y como las vemos, eso sí, educadamente. Ya está bien de tanto mensajito macabro, coaccionador y de mal gusto, aunque vaya acompañado de un emoticono, que más que conciliar parece que te esté diciendo: eres una hija de putin y me río de tu careto. ¡Y tú te has gastado dinero en mi libro y no puedes opinar: imbécil!
Me estoy limándo las uñas, comienza la era más cañera y heavy de estas dos lectómanas. Y sí, ya puedes llamarnos hijas de Belcebú, pero que sea con razón.
Ah, y se acabó eso de dar bola a los idiotas que escriben mensajes privados, al primero/a que se propase, tuiteamos en público sus comentarios macabros. No tenemos porqué quedarnos Rosalía y yo con cara de póker y con ganas de réplica.
Yo ya no leía tan a gustito, se me puso el cuerpo como una jota, con una mala leche que las pecas de mi cuerpo desaparecieron. No es la primera vez que sucede esto; no. Tuve la osadía, Dios que inicua soy y mala puta, de comentar una novela que no me gustó, y salió una víbora con nombre y apellidos, la madre de la criatura, a decirme de todo menos pelirroja bonita. Intenté explicarle el por qué de mi crítica negativa, educada y con fundamento, pero odiaba todo lo que fuera en contra de su credo. Pues nada, te queda el cuerpo mal, porque a mí no me van las trifulcas. Ahí quedó todo, bueno, a mi compañera de blog le sentó como una patada en el hígado y no creo que logre frenar su sed de venganza.
Yo intenté mostrarle a Rosalía que no valía la pena disgustarse por eso, ni por el anormal que se dedica a enviarme mensaje privados groseros o al que le da al "me gusta" y le planta un corazoncito a un escritor famoso cuando tiene una salida de tono: entre ellos se apoyan, entre ellos se promocionan, entre ellos... y que le den al lector.
Así que, cansadas de tanto escritor/a ególatra hemos decidido colgar en nuestro blog aquellas reseñas que se quedaron perdidas por ser negativas, para no perjudicar al escritor de turno. ¡Se acabó! A partir de hoy también se van a colgar en M&R aquellas novelas que no nos han gustado, explicando porqué y diciendo las cosas tal y como las vemos, eso sí, educadamente. Ya está bien de tanto mensajito macabro, coaccionador y de mal gusto, aunque vaya acompañado de un emoticono, que más que conciliar parece que te esté diciendo: eres una hija de putin y me río de tu careto. ¡Y tú te has gastado dinero en mi libro y no puedes opinar: imbécil!
Me estoy limándo las uñas, comienza la era más cañera y heavy de estas dos lectómanas. Y sí, ya puedes llamarnos hijas de Belcebú, pero que sea con razón.
Ah, y se acabó eso de dar bola a los idiotas que escriben mensajes privados, al primero/a que se propase, tuiteamos en público sus comentarios macabros. No tenemos porqué quedarnos Rosalía y yo con cara de póker y con ganas de réplica.
ME alegro de esta entrada. El otro día estaba pendiente de si me contabais de estrangis quién era, más que nada para no leer su libro. La libertad de expresión es un derecho que parece que no se pueda llevar a cabo, y me da tanta rabia....
ResponderEliminarOlé vosotras, lo comparto.
Besitos pa ti, muxutxus pa tu compi ;)
Aún no doy crédito!!! Madre mía, cómo está el personal! Ánimo, que cualquier crítica fundada y educada debe ser bien recibida.
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