EL MAESTRO DEL PRADO Y LAS PINTURAS PROFÉTICAS.
JAVIER SIERRA.
EDITORIAL PLANETA.
300 PÁGINAS.
El protagonista de esta novela es el mismísimo autor. Cuenta una historia que le sucedió cuando estudiaba periodismo en Madrid. A través de un personaje muy peculiar que se encuentra en el museo del Prado, el maestro Fovel, nos transporta al mundo de los credos y las fes; cátaros, adamistas, los hermanos del Espíritu libre, gnósticos, familistas... y todos con un denominador común; la creencia de que no se necesita a la Iglesia católica para tener un contacto directo con Dios.
La historia se desarrolla en un ambiente místico, delante de cuadros muy famosos que esconden mensajes proféticos que además, fueron heréticos en la época en la que fueron pintados; La perla, de Rafael. La Virgen de las Rocas, de Leonardo da Vinci. La Encarnación, del Greco. El triunfo de la muerte, de Brueghel. El jardín de las delicias, del Bosco y muchos más.
El libro se completa con una buena bibliografía y documentación que acredita cada detalle que comenta el maestro Fovel, el extraño personaje que guía a Javier en un viaje por el Museo del Prado.
Pero, ¿con qué fin Fovel enseña a su pupilo?
Con el fin de iniciarlo en algo grande, en un secreto bien guardado en cada cuadro que visitan y analizan, descubriendo las creencias heréticas de cada pintor mediante su obra. Para ello, Javier ha de sumergirse en un mundo desconocido donde existen libros apócrifos de los evangelios, como "Apocalipsis Nova" o "El libro de las dos mil páginas". Y como era de esperar, el autor nos habla de la biografía maldita de Felipe II y su obsesión por el arte. Un humanista y gran imitador del rey Salomón.
Mientras el joven estudiante Javier Sierra escucha por boca del maestro Fovel teorías de Steiner, que creía que hubo dos niños Jesús y exploró los estados de conciencia y obtuvo de ellos mucha información, aparece un personaje que no está de acuerdo con que el estudiante reciba las lecciones del maestro. Y el misterio se hace paso en medio de una abrumadora e interesante información sobre arte y artistas y sus creencias heréticas.
Menciona a los rosacruces; una sociedad iniciática del siglo XVII que atrajo a intelectuales y pensadores libres de todo signo. Formaban disciplinas para transmitir de generación en generación la prolongación de la vida y se aparecían a los elegidos cada cien años para divulgar sus secretos.
El alfabeto de la muerte; un alfabeto diseñado por Holsein que contenía dibujos de esqueletos. Parece ser que el cuadro "El triunfo de la muerte" de Brueghel, esconde este singular código de imágenes.
También nos adentra en El arte de la memoria; disciplina de los griegos en tiempos de Homero que se usaba en el renacimiento, la cual se interpretaban las cosas mediante imágenes con el fin de ocultar mensajes que solo se podían descifrar mediante un código especial.
Y como no, Javier Sierra nos regala frases sabias como esta:
-Mira al mundo sin prejuicios. Acude siempre a las fuentes y decide después por ti mismo dónde está la verdad.
Un libro que sin duda hay una parte de verdad, la que se quiera creer el lector, y una parte novelada. El lector que tenga algún conocimiento de teología, como es mi caso, va a disfrutar con el libro.
Una novela, si puede llamársela así, sobresaliente.
JAVIER SIERRA.
EDITORIAL PLANETA.
300 PÁGINAS.
El protagonista de esta novela es el mismísimo autor. Cuenta una historia que le sucedió cuando estudiaba periodismo en Madrid. A través de un personaje muy peculiar que se encuentra en el museo del Prado, el maestro Fovel, nos transporta al mundo de los credos y las fes; cátaros, adamistas, los hermanos del Espíritu libre, gnósticos, familistas... y todos con un denominador común; la creencia de que no se necesita a la Iglesia católica para tener un contacto directo con Dios.
La historia se desarrolla en un ambiente místico, delante de cuadros muy famosos que esconden mensajes proféticos que además, fueron heréticos en la época en la que fueron pintados; La perla, de Rafael. La Virgen de las Rocas, de Leonardo da Vinci. La Encarnación, del Greco. El triunfo de la muerte, de Brueghel. El jardín de las delicias, del Bosco y muchos más.
El libro se completa con una buena bibliografía y documentación que acredita cada detalle que comenta el maestro Fovel, el extraño personaje que guía a Javier en un viaje por el Museo del Prado.
Pero, ¿con qué fin Fovel enseña a su pupilo?
Con el fin de iniciarlo en algo grande, en un secreto bien guardado en cada cuadro que visitan y analizan, descubriendo las creencias heréticas de cada pintor mediante su obra. Para ello, Javier ha de sumergirse en un mundo desconocido donde existen libros apócrifos de los evangelios, como "Apocalipsis Nova" o "El libro de las dos mil páginas". Y como era de esperar, el autor nos habla de la biografía maldita de Felipe II y su obsesión por el arte. Un humanista y gran imitador del rey Salomón.
Mientras el joven estudiante Javier Sierra escucha por boca del maestro Fovel teorías de Steiner, que creía que hubo dos niños Jesús y exploró los estados de conciencia y obtuvo de ellos mucha información, aparece un personaje que no está de acuerdo con que el estudiante reciba las lecciones del maestro. Y el misterio se hace paso en medio de una abrumadora e interesante información sobre arte y artistas y sus creencias heréticas.
Menciona a los rosacruces; una sociedad iniciática del siglo XVII que atrajo a intelectuales y pensadores libres de todo signo. Formaban disciplinas para transmitir de generación en generación la prolongación de la vida y se aparecían a los elegidos cada cien años para divulgar sus secretos.
El alfabeto de la muerte; un alfabeto diseñado por Holsein que contenía dibujos de esqueletos. Parece ser que el cuadro "El triunfo de la muerte" de Brueghel, esconde este singular código de imágenes.
También nos adentra en El arte de la memoria; disciplina de los griegos en tiempos de Homero que se usaba en el renacimiento, la cual se interpretaban las cosas mediante imágenes con el fin de ocultar mensajes que solo se podían descifrar mediante un código especial.
Y como no, Javier Sierra nos regala frases sabias como esta:
-Mira al mundo sin prejuicios. Acude siempre a las fuentes y decide después por ti mismo dónde está la verdad.
Un libro que sin duda hay una parte de verdad, la que se quiera creer el lector, y una parte novelada. El lector que tenga algún conocimiento de teología, como es mi caso, va a disfrutar con el libro.
Una novela, si puede llamársela así, sobresaliente.
Me encanta!!!! también me la he leído!
ResponderEliminarMe gustó muchísimo, disfruté con los simbolismos que explica, con la parte de la historia de los pintores, me pareció un gran acierto que pusiera copias de los cuadros...pero le faltó algo.
Creo que en su afán por transmitir ideologías y por alardear de su gran trabajo de investigación, perdió la historia, la parte novelada....no sé, me lo volveré a leer cuando termine con "el novicio del diablo" a ver si le pillo mejor el aire