LA SUEGRA puede llegar a convertirse en el familiar más polémico. Voy a reseñar la última obra de Daniela Arnold titulada La suegra. Vamos al lío.
El club de lectura de Las Chicas Britt ha descubierto a esta escritora tan prolífica. Hemos investigado para descubrir que tiene muchas novelas publicadas. Al principio, nos recordó a otra autora: Lorena Franco. Nos encanta cómo escribe Lorena; el problema es que no ejecuta bien los desenlaces y, generalmente, los finales de sus historias tienen trampas, rompiendo la armonía y el pacto ficcional de las obras.
Daniela Arnold nos vende su novela bajo la etiqueta de thriller psicológico, y es acertada. ¿De qué trata?
Annika está embarazada y, junto a su hijo Lenny, ha de superar un gran revés. Anhela poder dejarlo todo atrás partiendo a Francia con su recién estrenado marido para juntos cuidar de la madre enferma de él. Linda, condenada a pasar su vida atada a una silla de ruedas, los recibe afectuosamente. Pero no tardará en mostrar su verdadero yo. Es sobre todo con Lenny con quien se comporta de manera hostil, rayando casi el odio. Annika se pregunta si su suegra está desvalida como dice estar… o si hay algo más tras el comportamiento extraño de esa mujer.
La verdad es que la sinopsis pinta muy bien, aunque hay trampita.
El inicio es impactante; un in medias res en la línea temporal del pasado nos pone en alerta. Sí, dos líneas temporales van fluyendo por la obra y os aseguro que es inquietante. La escritora dosifica muy bien el misterio, sin llegar a frustrar al lector, como nos sucedió con Nieve, de Lu Pérez. Hay varios narradores y el estilo es minimalista, ya que carece de los recursos técnicos ornamentales como las descripciones activas y pasivas (no confundir con el estilo informal, ya que la única diferencia entre ambos es precisamente la ausencia de ornamentos). Los giros en la trama son de alto impacto y el final sorprendente con una ejecución del pacto ficcional extraordinaria. La única pega que veo, el resto del grupo no se ha pronunciado sobre este punto, es que Lenny es demasiado infantil para representar a un niño de once años.
Una historia de menos de doscientas cincuenta páginas donde el suspense, el misterio y las sorpresas están garantizadas. Ah, y el truco del espejo: excelente.
Le damos cinco estrellas.
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